jueves, 26 de agosto de 2010

El Berrinche del Tanque de Vapor: Reinos Ogros vs Imperio

Batalla jugada en La Guardia Argeva

Kiang Matatanques quedó tan satisfecho durante la última comilona de skavens, que se olvidó de su adicción por ellos. Pero esto le despertó su otra adicción reciente: los tanques de vapor. Para ello decidió así de golpe invadir Dubnia, ya que el tanque de vapor que construían allí era su favorito, un pedazo del último que había matado lo lleva en la espalda actualmente, incluso cuando duerme.

Ren Culoasesino, hijo no reconocido de Kiang, tiene bastante cerebro para ser un ogro, y recurrió a mí para que convenciese a su padre de que no invada a la región imperial de Dubnia, con la que estaban en buenas relaciones desde la última batalla que habían peleado juntos contra los enanos.

No hubo caso. Kiang volvió a liberar a sus dos gigantes para esta batalla, y también al enigmático Zapatos de Oro.

Grande fue la decepción de Kiang cuando vio que los dubnios no habían traído tanque de vapor, sino abundantes cañones y morteros, y lo que fue peor trajeron de esos “mosquitos asesinos”, como llaman los ogros a los francotiradores imperiales que usan los afamados rifles Hochland.

Los mosquitos asesinos y los mosquitos comunes (los arcabuces), hicieron mucho daño en las filas ogras, ya que llegaron todos bastante mal heridos al combate cuerpo a cuerpo.

Zapatos de Oro se separó del grueso de las fuerzas matazombies, y apuntó a la unidad más importante de los dubnios, todo cuanto no había que hacer. Logró esquivar un cañonazo certero que fue a caer a sus pies. Ante la mirada de los soldados dubnios, escupió la bola de cañon y les mostró su trasero.

Así fue que su unidad de ogros toro recibió la mayoría de los disparos de mosquitos, y él mismo quedó muy mal herido por los mosquitos asesinos. Tanto que terminó muriendo fácil, y perdiendo su unidad completa bajo las oscuras artes de la magia del Conde Elector, quien recurrió a su infame espejo de Van Hortsmann.

Por el otro flanco, el tirasobras hizo un par de disparos certeros que diesmaron las filas dubnias. Los gigantes recibieron mucho disparo, pero pudieron llegar a matar a un cañón y un mortero imperiales.

El frente fue para Kiang y Ren, que fueron nuevamente en la misma unidad. Fue Ren, sin embargo quien peor suerte corrió, ya que recibió muchos disparos de mosquito asesino antes de llegar a combate. Sin embargo pudieron aniquilar una de las grandes unidades de infantería, y otra de alabarderos, para terminar el combate frente a la unidad del Conde Elector, quien recurrió otra vez al “desagradable espejito”. Pero Kiang resistió, así como su unidad, hasta que el sol empezó a ocultarse y ambos generales dieron por terminada la batalla.

Mención especial para los skaven matazombies, que resistieron contra un grupo de arcabuceros trabándolos toda la batalla.

Aquí un registro visual de la batalla inmortalizado por el escriba Vecors Scriptus, que esta vez no se perdió la batalla, la que presenció desde lejos, apoyado contra la pared de una casa derruida.

Aquí el despliegue de las fuerzas del imperio de Dubnia arriba y los ogros Matazombies abajo.

Primer avance de los ogros, el Imperio no se mueve, pero recibió un certero disparo del tirasobras, notese la diferencia entre los bloques de una foto y la otra, los gigantes y el tirasobras resistieron duros ataques de cañones

Empieza el combate, el imperio dispara con todo lo que tiene, francotiradores con hochland incluidos

Los ogros avanzan bajo el fuego de arcabuces y ballestas

Las filas dubnias van perdiendo hombres y máquinas, pero hacen mucho daño a los ogros también

Nótese el estandarte de batalla, cómo fue el único que quedó vivo de la carga demoledora de los ogros, si bien el pobre prefirió salir huyendo a morir como un valiente Lengua

Las fuerzas se preparan para el último encuentro del día (el gigante moriría bajo el fuejo de 30 disparos de los batidores)

Aquí ya el combate final en el que Kiang se vería estafado por el ignomioso espejito mágico, pero sobrevivió así como sus valientes ogros toro, no así el pobre Ren, que había quedado debilitado por los cobardes francotiradores

La imagen final, nótese arriba a la izquierda, quien les escribe, cerca de la casita, que resultó estar habitada, por una guapa cocinera dubnia que hizo unas tortasfritas mientras el sol se ocultaba ensangrentado:

miércoles, 18 de agosto de 2010

Batallas de Gigantes

En la White Dwarf 259 (inglaterra) salió un interesante juego de lucha entre gigantes, obviamente gigantes de Warhammer Fantasy. Aquí vamos a adaptar esas reglas para hacerlas más dinámicas y más acorde a las reglas de 8va, ya que fueron escritas en 2001.

La idea del juego es que entre dos y cuatro jugadores peudan luchar al mismo tiempo entre sí, tanto arrojándose rocas como a los empujones. La meta es matar a los otros gigantes, o sacarlos del círculo de rocas.

Primero arma un círculo de rocas con 18 pulgadas de diámetro. Los gigantes que vayan a participar de la lucha, entre 2 y 4, deben posicionarse en el borde de ese círculo al iniciarse el turno a distancias similares entre sí. Necesitarás dados comunes, un dado de dispersión, lápiz y papel.

Cada gigante comienza con 20 heridas, cuando pierde todas las heridas es retirado del círculo de rocas.

El juego se divide en turnos generales y turnos individuales. En cada turno general, los jugadores tiran 1D6 para decidir el orden de los turnos individuales. El más alto va primero y así por orden.

En cada turno individual el gigante puede realizar dos acciones, mover y combatir. Primero va el movimiento y luego el combate.

El movimiento se decide aleatoriamente don 2D6, el resultado más alto de los dos dados es el movimiento máximo que podrás realizar en pulgadas.

El combate es de dos tipos. Si durante el movimiento algún gigante llegó a entra en contracto peana a peana con otro gigante, entonces es combate cuerpo a cuerpo, que ya veremos cómo se resuelve.

Disparo

Pero si por el contrario el jugador no quiere entrar en el combate cuerpo a cuerpo, puede disparar, siempre y cuando disponga de una roca.

Al inicio de la partida cada gigante dispone de una roca, y se colocarán 1D6 rocas más en los bordes del círculo.

Cuando es el turno de disparo el gigante puede arrojar la roca que tenga en poder a otro gigante, incluso si está en combate cuerpo a cuerpo con otro gigante.

El disparo se decide tirando 2D6, y para acertar deberás obtener un total que sea igual o más que la distancia que te separa de tu blanco, en pulgadas.

Si le disparas a dos gigantes, mide la distancia hasta el más cercano y si aciertas luego decidirás a cual le has dado de los dos con 1D6 (1-3 uno, 4-6 otro).

Si has dado en el blanco, la roca hace 1D3 heridas. El gigante herido deberá realizar un chequeo de estabilidad, para el cual tirará 1D6, si sacas igual o más que el número de heridas que recibiste habrás pasado. Un 1 es siempre uh fallo, y un 6 un acierto. Si falla, entonces el gigante quedará aturdido y perderá su siguiente turno intentando recuperarse. Un gigante que sea herido mientras está aturdido, caerá al suelo, en cuyo caso durante su siguiente turno sólo podrá levantarse.

Las rocas cuando aciertan hay que ubicarlas a 1D3 de distancia del gigante acertado, en una dirección aleatoria decidida con el dado de dispersión. Si la roca por el contrario erró, entonces se ubicará a 12 pulgadas en línea recta midiendo desde el gigante que la arrojó.

Una vez que el gigante ha arrojado su roca inicial, ya no podrá disparar hasta que recoja otra, acción que hará simplemente moviéndose hasta estar en contacto con alguna roca de las que se encuentran en los bordes o que quedaron dentro del círculo.

Combate cuerpo a cuerpo

En el combate cuerpo a cuerpo habrá un atacante y un atacado, el primero será el que haya cargado, pero si el combate continúa en el siguiente turno se decidirá quién es el atacante con 1D6, el más alto será el primero en pegar.

Cada gigante podrá realizar dos ataques. Para ello tirarán ambos combatientes 2D6, y compararán los dados por separado. El atacante podrá elegir qué dado comparar con los de su contrincante. Por ejemplo: Ogg es el atacante y sacó 5 y 3, y Buff sacó 6 y 3. Entonces Ogg decide que el 5 irá contra el 6  de Buff y que el 3 irá contra el 3.

La diferencia entre los dados serán heridas, en este caso Ogg recibe 1 herida y Buff nada. Pero si Ogg decidía ir con el 5 contra el 3 y el 3 contra el 6, recibiría 3 heridas, mientras que le haría 2 a Buff.

Quien haya recibido más heridas, será empujado hacia el borde más cercano del círculo la cantidad de heridas que haya recibido en pulgadas, pero ambos gigantes seguirán en contacto.

Pero el que perdió deberá realizar un chequeo de aturdimiento, como ya explicamos antes, en 1D6 deberá sacar igual o más que las heridas que recibió. Un 1 es siempre un fallo y un 6 siempre un acierto. Estando aturdido podrá ser atacado, pero no podrá devolver ataques. En este caso las heridas que reciba el aturdido serán la diferencia entre los 2 dados que tire el atacante, pero en este caso el atacante podrá elegir repetir uno de los dados.

Caídas

Cuando un gigante cae al suelo recibirá una herida instantánea. Una vez en el suelo no podrá ser atacado por otro gigante, por lo que si estaban en combate cuerpo a cuerpo el que quedó en pie deberá alejarse dos pulgadas.

martes, 17 de agosto de 2010

Comiendo ratas en Kislev: Ogros vs Skaven

Batalla jugada en La Guardia Argeva

Recientemente un grupo de Skaven se unió a la tribu de los Matazombies como exploradores, y unidad de vanguardia, en reemplazo de los gnoblar tramperos que murieron como ratas en batallas anteriores. La idea fue del jefe de los goblins, Sangrón, quien se la propuso a Ren Culoasesino, y este la puso en efecto sin consultarlo con su padre no reconocido Kiang Matatanques.

image Lo que no tuvo en cuenta Ren es que a su padre le gustarían tanto los hombres rata. Pero en un sentido diferente al que él esperaba. Al primer skaven que vio Kiang lo devoró de un bocado, y le gustó tanto que empezó a buscar más por el campamento.

Ren se las ingenió para contenerlo prometiéndole una pronta invasión al enclave más cercano de los skaven. Kiang estaba tan enviciado que quería salir inmediatamente, por lo que sólo juntaron a los ogros toro que tenían cerca, a los nuevos skaven, por supuesto, y al rinobuey tirasobras.

A último momento Ren fue a buscar a los dos gigantes que tenían encerrados en una cueva cercana. Especialmente al nuevo gigante mecánico Giméva, del que contaré su historia en otra ocasión.

Me pusieron a mí a investigar donde podríamos encontrar skaven cerca de las montañas de los Lamentos. Y los que más cerca parecían estar eran las ratas del clan Txyna, liderados por el Pragg el inmortal, que moraban bajo las estepas de Kislev.

Kiang no pensaba con claridad, su cerebro estaba ocupado por el ansia de comida, y las ratas que iban delante de su comitiva explorando no ayudaban. Parecía un gigantón en estado vegetativo, baboseándose mientras permanecía en algún lugar recóndito de su cerebro.

Así que recayó su hijo no reconocido el plan de batalla. Pero mucho no pudo organizar, ya que al llegar a donde se suponía que moraban las ratas de Pragg el inmortal, se los encontró ya presentando un frente de batalla. Tenían espías por todos lados, pensó.

Eran tantos los hombres rata, y ellos tan pocos, que a Ren sólo se le ocurrió juntar a todos los ogros toro en un inmenso blog, que sería flanqueado por los gigantes. El tirasobras intentaría diezmar las filas de ratas antes de que llegaran los ogros a dar los primeros golpes.

Kiang no quiso esperar, y se lanzó a la carrera. Atrás de él fueron los ogros toro, y por supuesto su hijo no reconocido iba a su lado. Giméva, quedó frenado por un bosque, por lo que permaneció retrasado, pero el otro gigante también corrió junto al flanco de la unidad de ogros.

Fue este último el que recibió la mayor parte de los disparos de los jezzails skaven. Los ogros resistieron ataques de magia y cañonazos. Y los goblins a cargo del tirasobras tuvieron su mejor tarde, diezmando ratas por decenas con tiros certeros.

Tan desesperado iba Kiang por comer ratas, que llegaron enseguida junto a la mejor unidad del clan Txyna, alimañas bien entrenadas al mando del mismísimo Pragg el inmortal, quien por supuesto corrió a la última fila de la unidad, junto con el mago para no ser arrollado por la fuera demoledora de la arremetida ogra.

Murió más de la mitad de la unidad en esa primera arremetida, con los ataques descontrolados de Kiang y de Ren, contagiado por su padre no reconocido. Tan desmoralizadas quedaron las pocas ratas sobrevivientes que terminaron huyendo. Pero Pragg se las ingenió para detenerlos y reorganizarse

A todo esto, el gigante había llegado a pegar algunos golpes, pero terminó redirigiéndose hacia un grupo de esclavos, a los que destrozó a golpes, no sin ayuda de un certero catapultazo de los goblins tirasobras, que habían diesmado la mitad de la unidad.

Polborn Matarratas, el ingeniero médico brujo de Pragg, fue hábil al calir de la unidad para atacar a los ogros de lejos. Mientras Pragg veía morir hasta la última de sus alimañas bajo la violencia ogra, Palborn mataba ogros con su magia. Abrió tantas grietas bajo los toros que terminó diesmando a la unidad. Pero era tarde, ya habían dejado a Pragg bajo una pila de cadáveres.

Así fue que sólo quedaron Kiang y Ren con vida, luego de que tanto el cañón, los rifles jezzails y la magia aniquilasen a los ogros toro. Pero igualmente lograron correr y dejar fuera de combate a tan terrible mago.

Por su lado el Giméva utilizó toda su potencia de vapor para destrozar una unidad completa de guerreros del clan, o al menos lo que había quedado luego de otro certero catapultazo de los goblins tirasobras.

El otro gigante terminó destruyendo el cañón. Pero todavía quedaba un combate en el otro ricon del campo de batalla. Los portadores del incensario cargaron sobre el rinobuey y los goblins tirasobras. Fue un combate sangriento en el que casi es destruido el rinobuey, pero resistió muy mal herido, llevándose a todas las ratas.

Ren terminó muy mal herido por una endemoniada amerratadora que se negaba a morir. Pero Kiang sólo se preocupaba por comer y comer. Tantas ratas muertas se comió que terminó asqueado y vomitando.

A la vuelta a las montañas de los lamentos estaba tan mal por comer rata podrida que pasó más de seis horas sin comer, todo un record en los Reinos Ogros, si incluso llegó a perder 40 gramos de peso. Juró venganza contra las ratas de Pragg por ello, ya que había pasado a ser el nuevo chiste en boca de todos los otros líderes de tribus ogras.

Aquí un reporte visual de la batalla:

Aquí vemos el despliegue de las ratas arriba, y abajo los ogros ya tras su primer movimiento, antes de los disparos.

Las ratas temen lo peor:

Primer plantillazo del Tirasobras, punto de mira sobre los clanrats:

El resultado:

Aquí la carga debastadora de los ogros, hacía falta 7 pulgadas en la tirada de carga, y salió eso, ni más ni menos:

El resultado, casi toda la unidad de alimañas con generales y héroes incluido:

Se abre el frente, mientras la magia rateril me mata ogros como si nada:

Los otros siguen soportando ataques mágicos, pero van sembrando la muerte a su paso, aquí vemos la corrida aniquiladora del gigante vaporil (ya le pondremos un nombre):

Atrapados entre los demoledores jezzails y el maldito mago y sus grietas mataogros:

El gigante vaporil persiguiendo y masacrando y al fondo un observador misterioso, que nadie sabe para quién observa, pero se rumorea que se mueve en el espacio y en el tiempo, ya que también observó una batalla 40 mil años en el futuro:

La lucha entre los sacerdotes de la plaga y el tirasobras, que parecía que morirían los dos al mismo tiempo, pero terminó zafando el tirasobras:

A por el cañon!

Kiang... otra vez solo, el pobre Ren asesinado por la amerratadora:


Ratas contra ratas, las mías a pesar de ser menos se las ingeniaron para permanecer en pie:

martes, 10 de agosto de 2010

Revancha helada: Ogros vs Caos

Batalla jugada en La Guardia Argeva

La Masacre de Draconia había dejado una marca helada en el corazón de Kiang Matatanques. Como buen ogro, no le importaba ganar o perder una batalla si en el medio había podido repartir golpes a diestra y siniestra, al tiempo que podía darse una gran comilona con los enemigos asesinados.

Pero ese día conoció lo que era la magia, y los estragos que podía hacer en sus ogros Matazombies. Juró venganza contra ese odioso Corazón de Hielo que moraba al norte de los recién adquiridos territorios del Archipiélago Oculto.

La oportunidad llegó de parte de una vampiresa que intentaron capturar Ren Culoasesino y sus tripasduras. Digo intentaron, porque se defendió de tal modo que dejó a todos malheridos, incluido Ren. Pero al menos tanta sangre sirvió para enterarse de parte de la vampiresa que allí cerca de la frontera había unas huestes de Corazón de Hielo acampadas.

Kiang no se detuvo a pensar si tendrían planeado invadir o no, reunió la fuerza que pudo en tan sólo media hora, y partió en busca de la venganza.

Allí llegaron con una horda de goblins, con los nuevos exploradores Skaven, y un nuevo tirasobras que los goblins habían fabricado la semana anterior. Kiang iba al mando de los Comehombres, y su hijo no reconocido Ren lideraba a los tripasduras. Desplegaron a los sueltafuegos a la izquierda, y la horda a la derecha para impedir un flanqueo.

Kiang estaba acostumbrado a ser superado en número siempre, por lo que soltó una estentórea carcajada al ver que las huestes de Corazón de Hielo apenas si eran tres unidades.

Más se divirtió al ver que sus sueltafuegos casi liquidaban una unidad de bárbaros del caos de una tanda de disparos. Aunque luego vendría un combate que duraría todo el día entre los sueltafuegos y el rey Trol que lideraba a los bárbaros.

Kiang y Ren terminaron amontonándose por la desesperación de entrar en batalla, y se encajonaron con el tirasobras y la horda goblin. Más desesperación cundió entre los Matazombies cuando veían que Corazón de Hielo avanzaba a paso de tortuga con su unidad de Guerreros del Caos. Pero la otra unidad sí llegó al combate.

Pronto vieron que eran pocos pero venían armados hasta los dientes con todo tipo de protecciones y armas mágicas. El primer choque fue entre Ren y Kiang contra una de las unidades de guerreros, que terminó siendo aniquilada. Pero el combate empezó a tornarse incierto cuando Kiang vio que un inmenso ogro dragón llamado Shoggoth llegaba por su izquierda y destrozaba la unidad de Ren y lo que quedaba de los Comehombres de Kiang.

Así comenzó un combate singular entre Kiang y ese terrible monstruo. El ogro tomó la iniciativa. Allí demostró por qué lo llaman Matatanques, con tanta fuerza y pericia atacó al monstruo que logró dejarlo muy mal herido.

Pero el monstruo era resistente. Una unidad de ogros toro acudió en ayuda de Kiang, con el enigmático Zapatos de Oro al mando, pero Shoggoth al borde de la muerte, igual pudo destrozarlos.

El tirasobras y los goblins hicieron algunas bajas entre los guerreros de Corazón de Hielo, pero no pudieron detenerlo, y terminó cargando con su unidad casi completa a Kiang, interrumpiendo el combate singular, y salvando así al odioso Shogoth. Kiang se llevó unos cuantos guerreros consigo, pero terminó cayendo ante los ataques envenenados de Corazón de Hielo.

Al final del día sólo la horda de goblins y los explorades Skaven estaban en pie, del lado de los ogros.

Unas pinturas que logré realizar sobre la batalla:

Aquí vemos a Kiang en combate singular con Shogot. Previamente se habían enfrentado Kiang al frente de los Comehombres y Ren con sus tripasduras, contra una unidad de guerreros del caos, luego cargados por el flanco por Shogot. Quedaron estos dos nomás luego de sangriento combate:

Una visión más aplia de este mismo momento de arriba. En que vemos aquí abajo los sueltafuegos siendo perseguidos por el rey trol. Flor de combate entre estos muchachos, que lucharon casi los seis turnos en simultáneo, y terminó imponiendose el vómito. 

Los sueltas previamente habían menguado la mitad de una unidad de bárbaros con su letal disparo.

Arriba se ve el combate entre Kiang Matatanques y Shogot y al fondo la unidad más grosa de Corazón de hielo que avanzó a razón de una pulgada por turno  muchas cargas fallidas. Luego cargada por el descontrolado Tirasobras Gnoglar que no pasó el chequeo de liderazgo así que hizo una carga frenética que terminó muriendo bajo los ataques envenenados.

Se ven también al costado la horda de goblins que mató muchos guerreros con sus "cozas que pinchan" . Abajo de los goblins los toros liderados por el enigmático Zapatos de oro.


Aquí ya vemos lo que sería el enfrentamiento final. Kiang y Zapatos de oro, abajo lograron reducir las numerosas heridas de Shogot a sólo una, pero a Crom le salieron buenos dados finalmente y llegó a cargar y acabó con Kiang, mientras que Shogot liquidó a Zapatos de oro con un gopetazo atronador. Cabe aclarar que quedaron en pie la horda goblin y los skaven, que se estrenaron aquí sin mucha utilidad (son gnoblars tramperos legalmente).

martes, 3 de agosto de 2010

Ogros vs Elfos Oscuros 8va

Batalla jugada en La Guardia Argeva (por la campaña El Archipiélago Oculto)

He visto muchos ogros comerse personas enteras en cuestión de minutos, pero nunca vi a nadie como Kiang Matatanques, que es capaz de comerse un humano, enano o elfo con armadura, espadas, y todo en sólo quince minutos.

Estaba tratando de batir su último record cuando un goblin llegó corriendo y gritando. Ren Culoasesino, que estaba tomando controlando que yo tomase bien el tiempo, no dejó que el goblin se explique se lo devoró de un bocado.  

Por suerte detrás de ese goblin llegó otro que hablaba más claramente:

--¡Noz invaden los paliduchoz! –llegó a decir. Se salvó de ser devorado por Ren porque todavía estaba masticando al otro goblin, pero eso no impidió que lo revolease contra una roca por la emoción de una batalla próxima.

Para cuando los elfos oscuros desembarcaron de sus negros barcos, el ejército entero de los Ogros Matazombies los estaba esperando, desplegado entre las ruinas de una antigua ciudad del Archipiélago Oculto.

El enemigo no era otro más que el infame Elrawen, que desembarcó con sus más recios guerreros en pos de algún territorio de los pocos que controlaba Kiang Matatanques.

Las caballerías elfo oscuras avanzaron antes de que Kiang pudiese reaccionar. Lanzó contra una de ellas al jinete de rinobuey gigante, animal por lo más estúpido, ya que tropezó a poco de tomar carrera y apenas si avanzó algunos metros, cuando los elfos ya se habían ido a unos cuantos kilómetros.

Lentamente avanzó todo el frente ogro en busca de comida de la mejor. Habían probado elfos silvanos, pero si bien gustosa, era una carne fibrosa. Kiang había escuchado comentarios de otras tribus que la carne de un elfo oscuro era el manjar de los dioses.

Protegiendo los flancos estaban los sueltafuegos por la izquierda, y una horda de goblins por la derecha. Esta última fue destrozada por una unidad de corsarios. Mientras que los Sueltas descargaron una terrible andanada de disparos que masacró a una unidad completa de caballería rápida.

Pero los goblins habían sellado ya el destino del ejército ogro al haber entregado el flanco tan fácil y rápido. Ren y sus ogros toro fueron cargados por el flanco luego del arrasamiento de los goblins.

Ren pegó un salto desde donde estaba y cayó de culo sobre un elfo, matando a otros dos con su nueva espada mágica que le permitió atacar antes que nadie. Pero sus toros no eran tan rápidos como él, así que recibieron muchos golpes de parte de los elfos que estaban comandados nada menos que por el mismísimo Elrawen montado en un gélido.

El combate se perdió y los toros huyeron, dejando a Ren bajo una pila de cadáveres, inconsciente. Elrawen siguió arrasando y tomó al gigante por sorpresa, cuando estaba a punto de cargar sobre la Guardia Negra.

En el otro flanco Kiang cargó contra otra unidad de corsarios haciendo estragos. Pero escondida entre las filas oscuras había una elfa asesina que saltó sobre Kiang lanzándole decenas de ataques antes de que el ogro pudiese apenas reaccionar. Pero aguantó las puñaladas y cortes profundos el tiempo suficiente como para que la elfa le diese la oportunidad de devolver.

La ira y al hambre de Kiang fue tal que destrozó a la pobre elfa en pedazos irreconocibles, que se puso inmediatamente a devorar. Sus tripas duras hicieron unas cuantas bajas entre los elfos. Pero el festín culinario no les permitió ver que estaban siendo rodeados.

La guardia negra los había cargado por un flanco, y Elrawen, que había despachado al gigante, los cargó por la retaguardia.

A todo esto, los sueltas y el jinete de rinobuey, se movían a paso de tortuga, y no llegaron a salvar a los tripasduras que fueron masacrados por cientos de elfos. Pero Kiang… Kiang resistió todos los ataques de tres unidades completas. Totalmente solo, parado sobre los cadáveres de sus tripas, revoleó su Parteescudos destrozando al elfo que se pusiera a su alcance. Pero eran muchos, y terminó siendo derrotado y puesto en fuga.

Las gargantúas lograron hacer algún daño, pero eran muy lentas para los habilidosos y rápidos elfos.  

Al final, el único que quedó en pie luchando contra todo el ejército de Elrawen fue el jinete de rinobuey gigante, que soportó decenas de ataques y terminó la jornada en pie, ya que los elfos se fueron apresurados hacia los barcos ante la noticia de que su Arca Negra estaba siendo atacada. Este enemigo estaba derrotado, mejor ir a por otro, gritó Elrawen a sus tropas.

Ren Culoasesino, los vio abandonar la playa mientras lograba levantarse de debajo de una pila de ogros toro muertos. Al menos conservaron el territorio, pensó.

Y ahora, algunas pinturas que logró tomar mi ayudante Igor, que fue misteriosamente raptado por unos skaven mientras este humilde escriba estaba distraído:

El despliegue:

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El avance de los ogros:

Los sueltafuegos luego de barrer a la caballería elfooscura:

Los goblins ante la carga de Elrawen (al fondo gargantúa cargando el caldero):

Gargantúa a por el caldero:

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Los elfos oscuros cercando a Kiang:

Aquí tenemos a Kiang luchando a muerte totalmente rodeado de elfos:

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