Batalla jugada en La Guardia Argeva
La noche anterior había sido casi mortal para Ren Culoasesino. Dos días antes su padre no reconocido lo hizo cargar durante horas la piedra sagrada de los ogros Matazombies a la Cuchipanda Ogra, por lo que ya llegó medio volcado a la fiesta descontrolada que siguió. Comida y bebida al por mayor durante dos días, y luego volver a la tribu cargando nuevamente la piedra. Tanto la odió a la piedra Ren que se subió a su nuevo barco Saixi-Liyá II y la dejó abandonada en la Isla de la Muerte, la isla cercana a la costa. Así totalmente arruinado se fue a dormir. Seis goblins murieron tratando de despertarlo, tuvo que ir uno de los ogros toro de confianza de Ren para que finalmente le hiciese caso, si bien el ogro perdió un ojo, dos dedos y todavía no puede sentarse por tener clavada en su trasero una costilla de rinobuey que Ren suele usar de almohada.
La noticia no podía ser peor. Los flingardianos se habían enterado de que Ren había mandado fabricar otro barco ogro a los goblins, y venían a hundirlo sólo por deporte. Pero eso no era lo terrible, sino que estaban fondeados cerca de la Isla de la Muerte. Si se llegaban a enterar que esa piedra inmensa con inscripciones raras era importante para los Matazombies, sin duda se la robarían. No hace falta decir que cuando Kiang Matatanques se enterase, el padre no reconocido de Ren, y jefe de la tribu, Ren, sus tripas y su sangre serían usados para decorar una nueva piedra de cuchipanda.
Así partió Ren con dos ogros de confianza, dos cañones y todos los goblins y piratas zombies que pudo encontrar. La lucha fue encarnizada, y terminó en la misma isla, a la cual los flingardianos llegaron nadando tras el hundimiento de su S.S. Cigana.
El Saixi-Liyá II armado hasta los dientes
Los ogros matazombies del Saixi-Liyá II miden la distancia del S.S. Cigana de Flingar
La isla nos separa
A defender a la piedra ogra!
Los cañones ogros estuvieron certeros, lograron bajar la torreta y dejaron sin cañones a Flingar
Aquí el casco del barco flingardiano ya estaba tan dañado que los tripulantes entraron en pánico y se arrojaron al agua. Pero llegaron a la isla cercana, como veremos
Los ogros comienzan el desembarco mientras los flingardianos se preparan para recibirlos con una lluvia de plomo
A por las escalerillas, gritó Franz Mataorcos, capitán de los flingardianos tras la muerte del capitan del barco, comido por un tiburón
El ogro pirata y el ogro ninja saltan a barrer a los pequeñajos
Pero el Ninja no hizo absolutamente nada, y cayó ante la filosa espada de Franz Mataorcos
Aquí ya desembarcó Ren Culoasesino, al fondo, y se acabó la joda, también desembarcaron decenas de goblins que eran fácilmente barridos por los flingardianos
Pero Ren estaba muy emcabronado, quería su piedra
Y así terminó con el último valiente flingardiano
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