martes, 22 de junio de 2010

Incursión a Dubnia

Finalmente este humilde escriba pudo encontrar los papeles donde había escrito el relato de la cruenta batalla por el oasis al sur de Dubnia. (detalles de para qué usaron las hojas dos ogros toro omitidos).

Kiang Matazombies estaba en buena relación con su hijo no reconocido Ren Culoasesino, incluso algunos goblins le escucharon decir que sentía algo de orgullo por él. Así que partieron juntos a explorar. Dio la casualidad que fueran a parar al único oasis del mortal desierto ubicado al sur de Dubnia justo en la misma tarde que una inconmensurable horda imperial.
Eso no fue un problema, ya que los ogros estaban hambrientos y sedientos. La sangre sacia la sed, y el metal y la carne imperial el hambre.

Ya de entrada Kiang y Ren discutieron, por lo que cada uno atacó a la horda imperial por uno de los lados del Oasis, dividiendo al ejército ogro. Pero si parecía fácil destrozar a esos pequeñajos, puede llegar a resultar agotador, incluso para un ogro, cuando los pequeñajos son miles y miles.
Kiang se cansó de matar infanterías, arqueros y arcabuceros, mientras su gigante recibía cientos de disparos y cañonazos, y se las ingeniaba para cargar a la caballería con el Archilector de Dubnia. Pero el pobre llegó casi muerto, y allí mismo terminó de morir, si bien con tanta mala suerte que cayó hacia atrás, sin aplastar a nadie.

Kiang, envenenado ante la muerte de su gigante decidió no cargar al cañón que tenía al lado, para ir tras la caballería. Tuvo que escapar a los trucos mágicos del Archilector, pero así y sus comehumanos lograron acabar con la caballería y el general dubnio.

Pero quedaron cansados, desmoralizados y heridos, al grado de que no pudieron soportar la doble carga de dos masivas unidades imperiales, y fueron arrasados por ellos.

En el otro frente, Ren se cansó de correr de un lado a otro, sin poder entablar un verdadero combate, sólo haciendo correr a algunos arqueros, y así quedó al ocaso del sol. Sediento, hambriento, pero vivo sobre el campo de batalla.

La batalla fue durísima, con mucha pérdida de vidas de ambos lados, por lo que Kian, herido física y moralmente decidió volver a su casa temporal de las islas dragón.

Los Toro no se amedrentan ante la lluvia de balas imperiales:


El extraño frente en el este del oasis, donde luego de combates y cargas quedamos cada uno para un lado diferente:


La valerosa carga del Gigante, notese que ya tenía 5 heridas, había soportado fuego de cañones, fusiles y arcos. Arriba Kiang luchando contra un bloque de infantería que sería aniquilado:


Kiang y sus Comehumanos a punto de ser sangucheado, pero logró enfrentar por separado a la caballería y los mató a todos Archilector incluido, pero luego sucumbiría ante el embate de los bloques de infantería:


El final del día, con Ren a la derecha del oasis, y una unidad de Toros a la izquierda, únicos sobrevivientes de los Matazombies


Más fotos aquí:
http://picasaweb.google.com/mcagliani/MinisWarhammer#5482102348129295458

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