(Batalla jugada en La Guardia Argeva – Warhammer)
Kiang Matatanques estaba furioso por haber perdido el territorio de Corinia bajo la lluvia de fuego de los infernales de Hans, así que se encerró en una de sus cuevas a jugar con los pedazos de tanques de vapor, ahora su principal pasatiempo.
Ren Culoasesino, hijo no reconocido de Kiang, y su segundo, era un ogro de acción, por lo que no se quiso quedar aburrido. Recordó aquella batalla por el oasis en el desierto al sur de Dubnia. Se había divertido mucho con los imperiales, y al final, hasta no se había comido a algunos con los que conversó y trabó amistad. Los ogros son propensos a entablar vínculos con otras razas una vez tienen saciado su hambre.
Por Ren eso decidió acudir en su ayuda cuando llegó el aviso de una invasión inminente a Dubnia.
Reunió a sus tripasduras, a algunos de los Comehumanos de su padre, los goblins y algunos toros. Allí encontraron que serían el sexto ejército de esa batalla descomunal que cayó justo en los festejos del Día de la Bandera Dubnia.
De un lado estaban el enano Peluca Ojocertero, otro enano ya conocido por Ren: Pelu-Che el Infame, y el caótico Stuka. Del otro lado estaba el Archilector Dubnio, el general elfo silvano Piero y Ren Culoasesino con sus ogros.
La batalla fue gloriosa para Ren y sus ogros, y si bien no lograron la victoria, alcanzó para rechazar la invasión a Dubnia.
Los goblins se portaron bien y fueron carne de cañón enviados a recibir una doble carga de los Ogros Dragón y la Caballería del Caos. Detrás de los goblins venía el mismísimo Ren Culoasesino con los Comehumanos, apoyado por una unidad de Tripasduras. Quiso la suerte que los goblins no resistieran tan demoledora carga y así el enemigo pasó de largo y chocó contra Ren. Pero los Tripas lograron contracargar a los Ogros Dragón por la retaguardia.
Fue apoteótico ver a los tripas no poder frenar en la arremetida y llevarse pedazos de dragón y ogro por delante. Ya frenados, empezaron a repartir golpes mientras comían trozos escamosos al mismo tiempo. No dejaron ni a uno de los ogros dragón en pié.
Al lado luchaba Ren y los Comehumanos contra la caballería. Fue duro, ya que ante la carga enemiga murieron dos de los comehumanos, pero quedó vivo el nuevo integrante de la guardia de Kiang: el Ninja Devoracesos.
Era un placer verlo achurando caballos y jinetes, con una precisión de cirujano, para dejar expuesto el cerebro, para devorarlo entero de un mordisco. No alcanzó igualmente para destrozar a la caballería, que huyó aterrorizada. Ren y los Comehumanos, ante el ímpetu de la persecución quedaron atrapados en un bosque, del que no saldrían hasta el final de la batalla.
Por su lado los Tripasduras quedaron sin su líder, por lo que aceptaron órdenes del general Dubnio, que los obligó a retroceder ante una carga enana. Algo que los hizo sentir sucios, pero por suerte pudieron reagrupar y contracargar a los enanos, a los que se llevaron puestos por completo. Tan llenos quedaron los Tripas de comer carne dura enana y armaduras, que se quedaron quietos como patos y los enanos los barrieron a tiros, gracias a la calidad de Peluca Ojocertero.
Cuando Ren finalmente salió del bosque vio que sus aliados habían sido barridos, y que sólo quedaban algunos enanos en el campo de batalla, y lo que más le sorprendió fue ver a sus ogros toro gritando de lo alto de una torre.
Basta decir que esa fortaleza estaba abarrotada de máquinas de guerra enanas, al inicio de la batalla. Los elfos silvanos lograron acabar con una, pero un girocoptero enano los barrió a ellos. Lo de los ogros toro es más extraño aún.
Después de avanzar de a pocos centímetros para tentar una carga del juggernaut del general Stuka, no lograron más que atraer a unos bárbaros del caos, mientras que el juggernaut se iba a intentar suerte con los elfos.
Mientras decidían ir a por los bárbaros, una llamarada los incineró por la espalda, ellos ni se dieron cuenta, pero este escriba vio la explosión de vapor que les disparó el girocoptero enano. Sin embargo de nada sirvió, y los Toro cargaron e hicieron huir a los bárbaros. Los volvieron a cargar y esta vez los destruyeron.
Lo gracioso fue ver que mientras devoraban las partes sueltas de bárbaros que había por allí , notaron que estaban junto a una fortaleza, y que en lo alto de la torre había un lanzavirotes enano. No se lo pensaron, entraron y lo destruyeron. Fue la gloria de los ogros toro, su logro más grande en los anales de los Matazombies.
Con alegría pude presenciar el acto que se llevó a cabo de vuelta en la tribu, en que a esos tres valerosos toros se los ascendió a tripasduras.
Ahora los dejo con algunas pinturas que mandé hacer con unos artistas Dubnios amigos míos (todas las fotos aquí):
El despliegue de los dos bandos. Los dos ejércitos de enanos más los caóticos arriba, y abajo Imperio, Silvanos y Ogros.
El avance ce los goblins en el centro, se ve delante de ellos a los ogros dragón y la caballería caótica:
Inicio del combate de los valerosos toros, allá a lo lejos los bárbaros y el juggernaut del general Stuka:
La carga élfica a las máquinas de guerra enanas, perseguidos por el girocóptero enano:
Extremo combate entre Tripasduras y Ogros Dragón, y Comehuanos y Cabarreros del Caos, arriba se ve a los arbóreos esperando a los enanos:
La carga de las águilas y el general elfo arriba:
Los dubnios se preparan para los enanos de Peluca Ojocertero, que en la segunda foto marca donde pondrá el catapultazo:
Los ogros toro persiguen a los supervivientes de los bárbaros del caos:
Mala imagen de la destrucción de la creme de la creme enana del general Pelu-Che a manos de los tripasduras, que luego serían destrozados amargamente bajo el fuego de cañones, tapaultas y lanzavirotes enanos:
La carga de los toros a la torre y la gloria final:
Desde allí arriba sólo se veía la desolación del campo de la cruenta batalla:
bien magus pero lo enanos peluchescos no perdieron la torre sedieron el lugar para hacer un replantamiento tactico jejejeje
ResponderEliminarsaludos buenas fotos